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¿Qué tipo de placa elegir para nuestra cocina? ¿Gas, inducción o vitro?

A la hora de elegir los electrodomésticos de nuestro hogar, hay que tener en cuenta tanto nuestras posibilidades económicas como nuestras necesidades y la eficiencia energética del aparato en cuestión —es importante buscar aquel producto que cuente con la etiqueta energética más eficiente—. Del mismo modo, a la hora de escoger la placa de nuestra cocina, tenemos que tener en cuenta muchos factores y reflexionar detenidamente.

Fogones de gas

Sin duda las cocinas más tradicionales —y que aún siguen presente en muchos hogares de España— son aquellas que funcionan gracias a la quema de un gas combustible. Este tipo de cocina genera directamente fuego gracias al gas butano, al natural o al ciudad.

La cocina de gas está compuesta normalmente por cuatro fogones —por donde aparecen los anillos de fuego— integrados en una placa metálica que, a su vez, se encuentra instalada en una hondonada hecha sobre un mueble.

Los fogones de gas son los más efectivos y los que tardan menos a la hora de cocinar ya que se tratan de fuentes de calor directa, sin intermediarios entre el fuego y el recipiente. Además, este tipo de cocina tradicional es, sin duda, la instalación más barata de entre todas las opciones.

La cocina de gas no consume energía eléctrica y, a diferencia de otros tipos de cocina, se puede utilizar cualquier menaje para cocinar.

No obstante, las cocinas de gas tienen un menor atractivo estético, y el conjunto de los fogones y las rejillas dificultan mucho su limpieza. Además, son menos seguras: no debemos olvidar que este tipo de cocina funciona con gas, por lo que hay una mayor probabilidad de que se produzcan fugas. La posibilidad de un incendio también es mayor debido a que estamos tratando directamente con fuego.

Vitrocerámica

Las cocinas vitrocerámicas son aquellas en las que se coloca un vidrio entre las diferentes fuentes de calor y la sartén o la olla que se quiera calentar. Dentro de estas placas de vidrio encontramos diferentes tipos.

De gas

Al igual que los fogones mencionados anteriormente, estas vitrocerámicas —las más antiguas— funcionan gracias a la combustión de un gas. En este caso, debajo del vidrio, podemos encontrar quemadores —donde se produce la combustión— formados por celdas hexagonales.

Estas placas de gas tienen todos los riesgos de seguridad de aquellos elementos que funcionan con la quema de un combustible gaseoso.

Eléctrica

Esta cocina vitrocerámica permite la cocción convirtiendo la electricidad en energía calorífica. En este caso, debajo del vidrio encontramos una resistencia eléctrica. El calor que aporta esta resistencia está determinado por un termostato capaz de regular la temperatura.

De inducción

El funcionamiento de las cocinas de inducción se basa en la generación de campo electromagnético. Este campo magnetiza y agita el material del que está compuesto la base del recipiente de cocina, se desprende calor y, finalmente, se calienta. En comparación con el proceso del resto de placas, de las placas de inducción tienen una pérdida de energía muy reducida.

Esta clase de vitrocerámica se considera una inversión de futuro pues es extraordinariamente eficiente en cuanto al consumo de energía. Además, es muy segura, ya que puede detectar —gracias a unos sensores— si el recipiente que se está usando es adecuado; si no tiene el material ferromagnético, la vitrocerámica no funcionará.

La inducción evita las quemaduras y los incendios gracias a que la superficie suele permanecer fría. La única fuente de calor es el calor residual de los recipientes. Gracias a esto, también es más fácil limpiar la placa.

Otra ventaja de la vitrocerámica de inducción es la velocidad y la precisión: no solo calienta dos veces más rápido que el resto de modelos, se puede seleccionar la temperatura exacta.

No obstante, el coste inicial de estos tipos de cocina son mayores, solo funcionan con recipientes inductivos, y son potencialmente peligrosas para niños pequeños, mujeres embarazadas y personas con marcapasos.

Como hemos podido comprobar, contamos con distintas opciones para equipar nuestra cocina, todas muy distintas entre sí, con sus particularidades, sus ventajas y sus inconvenientes. Sea la opción que sea por la que nos decantemos, lo importante es tomar las medidas de seguridad necesarias y utilizarlas con moderación, siguiendo unos hábitos de consumo responsable.

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