Quieres construir tu casa desde cero o hacer alguna que otra reforma en el salón, la cocina, etc. Tienes la idea, el dinero y la empresa constructora ¿qué más necesitas? La respuesta es la luz de obra.
Es evidente que los obreros necesitarán electricidad y luz para llevar a cabo su trabajo y hacer uso de su maquinaria, pero para ello no es necesario que contrates una tarifa de luz común, ni siquiera hacer uso de la que ya tengas. Las distribuidoras disponen de un tipo especial de alta nueva para estos casos.
¿Qué significa «de obra»?
La luz de obra, como ya hemos dicho, es un tipo de alta de suministro eléctrico destinado en exclusiva al consumo energético cuando se van a llevar a cabo obras de construcción o reformas, en ningún caso para la vida diaria.
La luz de obra es un alta que, del mismo modo que las labores de edificación o reforma, tiene un carácter limitado en cuanto a tiempo, es eventual. Se trata de un suministro «especial» que no siempre será necesario: depende de la empresa que contrates para llevar a cabo la obra y la naturaleza de la misma.
Conviene destacar que un porcentaje del pago por el alta de la luz de obra funciona como una señal; cuando nos demos de baja, recuperaremos una parte de nuestro dinero.
¿Cómo podemos solicitarla?
Lo primero que debemos saber para conseguir la luz de obra es, como ya hemos dicho anteriormente, si realmente la necesitamos para nuestro proyecto de reforma. Si es así, también es posible que sea la misma compañía constructora la que se encargue del suministro eléctrico o incluso de la burocracia necesaria para el alta.
Si finalmente resultas ser tú el responsable, no te preocupes, presta atención. El primer paso es obtener un Certificado de Instalación Eléctrica por parte de la empresa instaladora de electricidad. En ese certificado debe constar bien claro que el fin del suministro es únicamente realizar obras. Sobra decir que la licencia de obra otorgada por el ayuntamiento es igualmente vital.
Una vez contemos con estos dos documentos, tenemos que hacernos con un CUPS de obra —código de identificación de instalación eléctrica—. Para ello debemos dirigirnos a la distribuidora de electricidad que nos corresponda según la zona en la que nos encontremos.
En el momento en el que contemos con el CUPS, tendremos que elegir la comercializadora que más conviene y, finalmente, contratar el suministro de luz de obra por el periodo de tiempo que necesitemos.
Si el final de la licencia del suministro de luz de obra nos pilla aún con mucha reforma por delante, la distribuidora nos puede dejar a dos velas. Para ello es necesario que nos adelantemos a esta circunstancia. Puedes pedir una prórroga del suministro o, directamente, tramitar en paralelo la baja de la luz de obra y el alta definitiva para el consumo diario y común de electricidad.
Es importante contar con que, tanto en el caso de la luz de obra como del alta normal, los plazos suelen llevar entre 7 y 10 días.
En definitiva, no es extraño que sea la propia empresa encargada de la obra la que realice toda la burocracia pero, por si acaso, conviene que conozcamos el proceso y estemos preparados ante cualquier eventualidad. Con esta pequeña guía, nada se interpondrá entre la casa de tus sueños y tú.