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¿Qué es el mantillo y cómo podemos obtenerlo?

Crear un pequeño jardín o huerto ecológico en casa es una práctica cada vez más extendida. Contar con un espacio verde en la caótica ciudad resulta beneficioso y no sólo para nuestra economía al producir nuestros propios alimentos.

Puede parecerte que instalar un huerto ecológico en nuestra terraza se trata de una tarea para expertos en la materia pero nada que ver. Aquí te contamos en siete sencillos pasos cómo conseguirlo.

Una vez tienes listo tu huerto mantenerlo es una tarea un poco más entretenida. Es por ello que hoy queremos contarte una técnica muy útil para aportar nutrientes al suelo de forma natural y sin gastar un euro. Hablaremos del mantillo, ¿sabes de qué se trata?

Diferencias entre mantillo y compost

Hay quienes lo consideran sinónimos, otros, cosas diferentes, pero la mayoría coinciden en los beneficios que ambos pueden suponer para nuestro jardín o huerto ecológico. Ambos elementos están compuestos por materia orgánica en descomposición. Sin embargo, podemos decir que sus aplicaciones son diferentes.

El compost se utiliza para abonar el jardín o como sustrato propio en el que sembrar mientras que el mantillo es un complemento. Por sí solo no sirve para plantar, la función de esta capa superficial es proteger el cultivo.

Es su composición similar lo que hace que haya personas que consideren lo mismo el mantillo que el compost. Sin embargo, el mantillo, como su propio nombre indica es una ‘especie de manto’ que cubre la superficie del suelo con diversos fines.

Mientras que el compost requiere una elaboración y un tratamiento más preciso, el mantillo puede prepararse en un segundo y aplicarse directamente.

Se trata de revestir las plantas de un determinado espacio con una capa no muy gruesa para mantener la temperatura necesaria para nuestro tipo de plantación así como la humedad. Evita que crezcan malas hierbas que puedan perjudicar las plantas principales. Y, sobre todo, uno de los beneficios más importantes del mantillo es la aportación de nutrientes al suelo que cubren y, por tanto, al cultivo que en él se encuentra.

Además, es una forma muy sencilla de reciclar los desechos de poda, el serrín después de una obra de carpintería o ese montón de periódicos que todos tenemos por casa.

Pero, ¿de qué está compuesto el mantillo? Ya hemos dicho que llamamos mantillos a la primera capa con la que cubrimos el suelo donde previamente hemos sembrado. Veamos qué elementos lo forman.

Tipos de mantillo

Podemos encontrar dos tipos principales de mantillo: el orgánico y el sintético. La categorización establecida atiende al tipo de material con el que creamos esa capa superficial.

Mantillo orgánico

El mantillo orgánico está compuesto por la descomposición de materia viva. La diferencia principal entre el mantillo orgánico y sintético es que a medida que el orgánico se va desintegrando aporta nutrientes al suelo y por tanto favorece un mejor crecimiento de las plantas.

Puede ser mantillo orgánico:

  • Hojas secas picadas.
  • Hierba cortada.
  • Serrín de haber troceado madera.

Respecto a las aplicaciones a sus aplicaciones, el mantillo ideal para el verano es el compuesto por hojas y restos de plantas ya que mantienen el suelo fresco y húmedo por más tiempo. En cambio, para el invierno, se recomienda el mantillo de paja o cortezas de árboles.

Mantillo sintético

El mantillo sintético proporcionarnos unas condiciones de temperatura y humedad más rápidas que el orgánico. Un ejemplo de ello es la utilización de plástico negro que calienta el suelo para el mantenimiento de algunas verduras que necesitan estas condiciones. Sin embargo, este tipo de mantillo no proporciona ningún nutriente al suelo. También puede emplearse como mantillo sintético piedras, grava o el caucho procedente de neumáticos reciclados.

¿Cómo podemos fabricar mantillo?

Elaborar nuestro propio mantillo orgánico es muy sencillo pues sólo tendremos que recolectar hojas secas caídas, los restos de la poda de setos o el sobrante de recortar el césped.

A priori, no necesita ningún tratamiento específico. Tras recoger las hojas secas o pastos podemos formar la capa superficial directamente y guardar lo que no utilicemos para próximas veces.

Si no disponemos de restos de plantas como césped, hojas secas, agujas de pino o cortezas de árboles, podemos recurrir a las tiras de papel de periódico, pues también funciona como mantillo.

En definitiva, el mantillo puede ser un buen aliado tanto en verano para mantener el suelo fresco y húmedo como en invierno, para evitar la congelación y la pérdida de los cultivos. Además, como has podido comprobar es muy sencillo fabricarlo y si nos decantamos por el orgánico tendremos un suelo lleno de nutrientes apto para llenarlo de plantas.

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