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¿Qué puedes hacer tú para salvar el planeta?

Es evidente que salvar el planeta suena demasiado grandilocuente, una hazaña inmensa e inalcanzable para una persona común. En el cine, en la televisión y en la literatura, el encargado de salvar el planeta siempre es un héroe valiente, un elegido. Sin embargo, en nuestra realidad, cualquier persona puede ser un héroe; depende de todos y cada uno de nosotros comprometernos con el medioambiente y proteger la Tierra, sin necesidad de héroes.

Por suerte, podemos contribuir a salvar el planeta de muchísimas formas, algunas necesitadas de un compromiso mayor, mientras que otras apenas supondrían un cambio en nuestro día a día. Descubre con nosotros cómo salvar el planeta desde la comodidad de la cotidianeidad.

Consume energía limpia

Disponer de un suministro eléctrico es una necesidad que damos por sentada. Estamos tan acostumbrados a accionar un interruptor y que la luz o el televisor se enciendan que incluso olvidamos la lógica de su funcionamiento e interiorizamos aquello como algo evidente, casi mágico. Sin embargo, la energía que alimenta nuestros electrodomésticos tiene que venir de algún sitio.

La forma tradicional de generar y obtener la electricidad que llega hasta nuestros hogares implicaba la explotación y el uso de combustibles fósiles, una fuente de poder extremadamente contaminante de la que se ha abusado hasta contaminar nuestros cielos y agotar casi por completo sus reservas.

Para salvar el planeta a través de nuestro consumo eléctrico no solo podemos intentar ahorrar y moderar nuestro gasto —pues a mayor demanda, más energía deberá ser generada—, también podemos optar por un suministro de energía que provenga —de forma garantizada— de fuentes 100 % renovables y limpias. De esta forma, puedes contratar una tarifa verde con alguna comercializadora eléctrica o incluso instalar una serie de infraestructuras en tu hogar para ejercer el autoconsumo.

Las tres erres

La compra y el consumo de bienes es, prácticamente, una de las bases de nuestra sociedad y, por tanto, una práctica inevitable. El problema reside en nuestro ritmo de consumo, nuestra voracidad alentada por un desarrollo insostenible en el que el fin justifica los medios y el beneficio a corto plazo es el principal objetivo.

Este ritmo de producción y consumo supone una enorme amenaza para nuestro planeta y sus recursos, unos recursos que terminarán agotándose si no adoptamos una actitud más moderada, concienciada y eficiente.

Como alternativa al modelo de desarrollo tradicional, surgió el desarrollo sostenible, el maridaje entre el avance económico y social, sumado a la protección del medioambiente; un equilibrio entre tres pilares muy importantes que supondría el camino para salvar el planeta.

Y hablando de desarrollo sostenible, uno de los elementos más importantes de esta disciplina y, al mismo tiempo, una guía de actuación bastante sencilla pero muy eficaz para salvar el planeta son las tres erres:

  • Reducir nuestro consumo de bienes y energía —y por tanto de recursos naturales—.
  • Reutilizar los bienes que compramos tantas veces como sea posible, encontrando una segunda vida útil, ya sea reparándolos o reinventando su uso.
  • Reciclar los bienes que hemos obtenido aprovechando el material del que están compuestos como materia prima.

Un nuevo modelo de transporte

En la actualidad, nuestro modelo de transporte paradigmático —basado casi por completo en el uso personal de un coche propio— supone un enorme impedimento a la hora de salvar el planeta. Y es que, por desgracia, la inmensa mayoría de los motores de nuestros coches son de combustión interna, alimentados por combustibles fósiles cuya explotación y uso son responsables de emisiones de enormes cantidades de gases nocivos y de efecto invernadero.

Para salvar el planeta a través de un sistema de transporte más concienciado, podemos sustituir el uso del coche por el transporte público o las bicicletas. Y si necesitas comprarte un vehículo, los coches eléctricos son la herramienta perfecta para llegar hasta tu destino y, de paso, salvar el planeta.

Como ves, dispones de estas y muchas formas más de contribuir a la protección del medioambiente desde los aspectos más mundanos de nuestro día a día, sin necesidad de cambios extremadamente drásticos o embarcarnos en misiones heroicas para luchar contra aquello que amenaza al planeta Tierra. Si te has decidido por un consumo eléctrico verde, puedes servirte de los comparadores de luz para encontrar tu tarifa perfecta.

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